A medida que los coches eléctricos van entrando en el mercado de segunda mano, su valor residual se ve afectado por varios factores, pero sin duda uno de los más importantes en este sentido es el estado de su batería de tracción.
Para determinar el estado de este componente, varias compañías ya trabajan en todo tipo de soluciones. Unas optan por recurrir a sistemas hardware (elementos físicos que se instalan sobre la batería para sacar la información necesaria), mientras que otras ven en el software.
Como es de esperar la batería es el componente más caro y a la vez más delicado de los coches eléctricos, y los fabricantes suelen aportar una garantía individual para la batería independientemente de la que ofrecen del coche. Generalmente, esta suele ser de unos ocho años o 160.000 km recorridos (lo que suceda antes). Aunque, evidentemente, existen diferencias entre marcas.
Para aquellos que están pensando en dar el salto a la movilidad sostenible, comprar un coche eléctrico en el mercado de segunda mano es una opción cada vez más a tener en cuenta. Pero antes, es fundamental conocer el grado de degradación de su batería de tracción, ya que si, por ejemplo, nos dicen que conserva el 70 % de su capacidad inicial, el coche nos ofrecerá, como mínimo, un 30 % menos de autonomía que cuando su batería de tracción era nueva.
Por lo tanto, determinar la capacidad real de la batería no es tarea sencilla, pero es mucho más económico que otras opciones como la de recurrir a una batería de alquiler o incluso a otra nueva. Por esa razón son muchas las empresas que empiezan a lanzar al mercado sus propias soluciones.
Si se recurre al sistema hardware, generalmente las start-up ofrecen un dispositivo de diagnóstico (hardware instalado) que se conecta a la entrada OBD (On Board Diagnostics) del vehículo, con el fin de verificar el estado de un vehículo a través de la centralita y los sensores que le proporcionan información. El resultado de conectar el dispositivo a la OBD otorga puntos de datos en cada prueba realizada, que los técnicos interpretarán.
Si, por el contrario, se opta por software el proceso consiste en recopilar datos del vehículo y su entorno en tiempo real para que los algoritmos de aprendizaje automático los procesen y den consejos a los conductores, sin necesidad de instalar ningún mecanismo físico sobre la batería. Esta vía permite optimizar el rendimiento de la batería de forma rápida y a un menor coste.
En evowy trabajamos por la segunda vía, es decir, nos conectamos al vehículo directamente a través de los servicios conectados del fabricante. Una vez que el usuario autorice el acceso a la información de uso de su vehículo eléctrico recopilaremos y analizaremos cuatro variables fundamentales: niveles de batería, estado de carga, odómetro y el rango estimado.
Esto permitirá generar el informe gratuito y personalizado para tu vehículo eléctrico incluyendo además datos anónimos y agregados de otros vehículos similares para que puedas comparar.
Actualmente, los sistemas de gestión de baterías integrados en los vehículos eléctricos monitorizan y gestionan las células de la batería, y, además, aseguran operaciones fiables y una recarga uniforme de las células. Sin embargo, el rendimiento y la vida útil de esta pieza del coche dependen de otros factores, como la frecuencia con la que se recarga y descarga, el tipo de proceso utilizado (carga rápida o normal), el estilo de conducción y la temperatura ambiente. Para monitorizarlos y procesar los datos, la empresa tecnológica ha desarrollado estos servicios en la nube que complementan los sistemas convencionales de gestión de baterías instalados en los vehículos eléctricos.